Debo decir que había escuchado acerca del comic de Sin City, pero nunca lo leí, por lo que mi primera aproximación a este film fue casi tan violenta como lo es la película en sí misma. Desde mucho tiempo me ha fascinado la forma de contar historias en el comics, cada encuadre, las galerías de personajes arquetípicos, las posibilidades de jugar con luces y sombras, colores, expresiones, las transiciones de tiempo (elipsis), historias paralelas, pensamientos de los personajes (que usan también algunas telenovelas pero de una forma extremadamente simple y obvia), cada diálogo y por supuesto, los movimientos que el cine ha buscado asimilar, no sólo en películas basadas en “tiras cómicas” sino que en otros géneros o subgéneros, que conviven, coexisten y a veces se hacen uno. Hay un libro llamado el “Discurso del Comic” de Luis Gasca y Román Gubern, que trata en extenso este tema,si quieres adentrarte en este arte, que en otros tiempos sirvió para mi tesis de grado en un cortometraje llamado “Deja hacer la Historia”, (una rebelión de la criatura (del personaje de comics) contra su creador…)
Como me gustaría pensar que esta historia y personajes, son sólo salidos de la mente de un creador, en este caso de tres que se juntan Frank Miller, Robert Rodríguez y Quentin Tarantino (los dos últimos, parte de A Band Apart, la productora de spots publicitarios), todos talentosos, pero con tendencia marcada a lo truculento y a un uso del humor demasiado negro, casi como si no existiera, la luz del día, y pudiésemos oler el aroma a podredumbre que irradia esta ciudad, hasta sólo querer asfixiarnos para no seguir respirándolo, donde a veces el uso del color nos oxigena…o al menos pretende hacérnoslo creer.
Corrupción…no sólo a nivel de autoridades civiles, de uniforme y religiosas, sino que en todo el entorno, no sólo a nivel físico, sino que también mental y por cierto, espiritual…Sólo un personaje, parece mantenerse íntegro John Hartigan (Bruce Willis) y en otros, hay una cierta ética, Marv (Mickey Rourke) y Dwight (Clive Owen), donde cada uno tiene su historia de amor personal, que tienen finales…que deben ver en la película.
Las mujeres tienen un rol fuerte, principalmente desde la prostitución y son “heroínas de tinieblas”.Sólo sabemos de una de ellas, que logró su anhelo de ser madre, pero no la vemos en toda la película, a quien si vemos, es a una niña que crece, que mantiene su fidelidad a quien le salvó una vez la vida, pero que terminó por ello, “justamente” en la cárcel.
Los hombres también son “héroes” …pero en este mundo… que no existe… hay cobardía,traición, mentira, violencia gratuita y pagada, pactos de no agresión (que mantienen la estabilidad en la tasa de mortalidad), pederastas al abrigo del poder, asesinos que quieren comer hasta el alma de otros, rostros y “vidas nuevas”, que acrecientan la percepción sobre como vivir o morir en Sin City, pensando que tal vez, no haya salida real de ella, sino que es una condena perpetua. Sería muy fácil pensar y llegar a ridiculizar, la posibilidad de redención en ese lugar, poniendo una música “familiar” que evoque recuerdos gratos o que simplemente sea un “ronroneo” que nos acompañe permanentemente al comprar o en cada lugar público, donde pueda poner a todos los personajes en colores que llamen a la apacibilidad… pero no, el cambio comienza por dentro, en el espejo del alma (que tan bien se enfatiza en personajes malos y buenos en el mundo del comic, en donde las facciones, acciones, gestos, pensamientos, movimientos, vestimenta, colores o falta de ellos, y todo lo que los involucra al mundo donde viven nos hace odiarlos o amarlos, según sea el caso. Es cierto también, que hay personajes “buenos”, que lo son tan melosamente, que se nos hacen antipáticos…, pero como ya lo dije, si se llegara a pensar o imaginar una ciudad así que contraste a Sin City en esa forma, sería una parodia.
La ciudad del pecado no existe…es lo que quisieran algunos creer. La corrupción que se definió anteriormente en otros párrafos, es sólo algo que yo también inventé en mi mente y en mi corazón, que otros seres humanos a su vez lo inventaron en su mente y corazón y lo plasmaron en una película…si no existe tal ciudad… ¿no existe pecado…? Por lo tanto, ¿no existe la corrupción?
Partir de presupuestos, te puede llevar a creer que en Sin City no hay una esperanza, que implica un sacrificio para romper el círculo vicioso…que incluso, no habría necesidad de tal sacrificio porque ni la ciudad, ni el pecado, ni la corrupción, ni aún la propia esperanza…existen y sólo están en nuestra mente y corazón…la verdadera pregunta a responder es:
¿ en qué medida la ciudad dónde vives es el reflejo de lo que hay en tu mente y corazón?
Y aún, me atrevo a añadir otra:
¿Vives en Sin o Saint City (Ciudad Santa)?
Mi anhelo es vivir en la segunda…aunque también haya quienes que digan que no existe, pero yo creo firmemente que sí. No vivo en ella porque lo merezca, o haya dejado de ser un pecador, sino porque Alguien hizo un Sacrificio una vez y para siempre en una cruz, diciendo de sí mismo que era el Camino y que te llama a ti y a mí, para que vayamos caminando hacia la ciudad eterna, no la transitoria en que hoy vivimos.
“…Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro..”
Romanos 6:23