lunes, agosto 08, 2005

El gran dictador



Un discurso a la historia de la humanidad…

Cada cierto tiempo se levantan gobiernos, cada cierto tiempo caen, cada cierto tiempo se mueven las ideologías, cada cierto tiempo se aquietan, cada cierto tiempo se erigen monumentos, cada cierto tiempo se derriban, cada cierto tiempo…podemos decir, como diría Eclesiastés 1: 9…

“nada nuevo bajo el sol”.

Esa frase la conocí desde muy pequeño de la boca de mi abuelo*, quien me la enseñó a repetir por las noches como si fuera mi oración antes de dormir. Cada vez que algo sucedía, por más espectacular o extraño que pareciera, él meneaba su cabeza y repetía esa frase, que en un comienzo fue como un enigma para mí, pero que con el correr del tiempo, decíamos al unísono.


Esta película como los grandes clásicos, no pasa de moda, sino que cada cierto tiempo vuelve a tomar sentido, vuelve a cobrar vigencia, porque algo “viejo hay en nuestro día”, algo se ha vuelto a repetir en la historia de la humanidad, en la de nuestro entorno más cercano o en nuestra propia historia personal. Es interesante verla, por la maestría de su autor, por ese humor característico y que se expresa en forma casi profética al mostrar lo que vendría en el mundo entre la primera y la segunda guerra mundial. Además no deja de ser especial que se trate del primer film de Charles Chaplin, acogiéndose a las nuevas tecnologías, en este caso, el sonido. Por último, en algunos afiches del ghetto, podemos ver un idioma que pretendió ser universal, como el esperanto y que de una forma u otra sigue dando vuelta por el mundo. Tal vez no sea la mejor de las películas de este genio, pero sí es una de las más brillantes en cuanto a la parodia, ironía y sinceridad de discurso, sin que éste sea chauvinista, sino simplemente, humanista.

Quizá el gran dictador, que está dentro de ti, lo único que quisiera es aflorar y decir las siguientes palabras:

“el camino de la vida puede ser libre y bello; pero hemos perdido el camino.” **
Seguramente no escucharás esas palabras en la boca de alguien obsesionado con el poder, la gloria y las riquezas…pero con más de alguien te puedes encontrar, que dice como yo, en una de sus canciones: “esta locura que hay en mí, es lo más cuerdo que viví”***, es porque ese Camino de la Vida…tiene nombre propio…

En las grandes ideologías y en las pequeñas, hay un concepto de mesianismo, que se expresa en liderazgos que vienen a salvar de complejas situaciones políticas, económicas y sociales, que a veces llaman evolución y en otras revolución, dando vueltas y vueltas sobre una idea base, de querer lo “mejor” ya sea, para mí y/o para los míos, levantando fortalezas para cuidarme de los quieren “lo mejor mío”, para que sea “lo mejor suyo”...si lo piensas, es como un regalo que todos anhelan, pero que para tenerlo es necesario arrebatarlo a otros.

Quisiera tomar como ejemplo, sólo algunos hitos importantes en la historia; de la no tan reciente, pero tampoco tan lejana; sucesos, de los que seguramente hemos leído o al menos escuchado. Un día, se levantó un paradigma que decía: libertad, igualdad y fraternidad, sin embargo, el cortar cabezas y derrocar monarquías, no fue necesariamente la respuesta, pues de fraterno no hubo mucho… y se instauró otra monarquía por fin...la de la razón y nada más que la razón, que venía anhelando su espacio. Otro modelo hablaba de: la rebelión de las masas, pues bien, las masas se rebelaron, derrocando y terminando con otra monarquía... y bien, la situación cambió de manos y se transformó en igualdad, pero más “igual” para unos que para otros…si pensabas distinto o querías ser “más igual”, un lindo resort con invierno asegurado te esperaba…Otros aún, dijeron ser la raza por excelencia, culpando a otros de los errores propios y también de los que efectivamente eran errores ajenos, se llamaron imperio y tenían un líder con un aparato comunicacional excepcional, creando no sólo una gran industria de cine, sino que implementando nuevas cámaras pero “para retratar la muerte”, y asegurar la libertad perdida y establecer la supremacía de su pueblo a la que estaban llamados, al parecer con una llamada equivocada…


Cada cierto tiempo, abren la boca, los defensores de las tres palabras…y entran en guerras para evitar guerras…en prevención de enfermedades catastróficas, con remedios que sino te matan de inmediato, te dan ganas en forma urgente o de morir, o de cambiar de médico.

Hay otros, que violentarán derechos, pro defensa de sus causas, renegarán de sus deberes pro defensa de la libertad, buscarán desde las sombras crear “algo nuevo bajo el sol”, lo harán en el desierto, lo harán en el mar, lo harán desde los polos o en un vuelo espacial, derribarán torres o levantarán trenes, metros y buses…sin embargo, cada uno de estos ejemplos y los que no han sido mencionados, por lo tristemente célebres…y porque sino este comentario sería más largo para leerlo que ver la película muchas veces seguidas…se reduce a:
“nada nuevo bajo el sol…”

Ha pasado el tiempo, yo crecí y mi abuelo ya no está, recuerdo aún sus enseñanzas, las hermosas y las dolorosas. Él tenía gran parte de razón, había en su lectura de aquella frase sobre lo que hay bajo el sol, una gran dosis de desesperanza o de desilusión de la humanidad y también de Dios, pero ahí comienza la diferencia, que él no alcanzó a ver y que yo quisiera haber conversado en alguna oportunidad con mejores argumentos…aunque asumo que él lo intuía, su nieto, tampoco tenía esperanza en la humanidad, sino que tenía un germen, que se tradujo en centrar la esperanza que el Reino de los cielos se ha acercado, como decía Juan Bautista y como lo confirma Jesucristo, quizá algo de ello, vislumbraba el Chaplin (persona, no personaje) como dictador, sobre Lucas 17, en una escena que cuando vean la película, será memorable, por toda la carga histórica y emotiva, del momento que se vive (1940) y que se vivirá. Soy partícipe de su discurso en algunas cosas, pero también me hago partícipe del que he asumido en mi propia vida, que dice; que un día, ya no habrá más esperanza, no porque sea el triunfo de los dictadores, no porque sea el triunfo de las ideologías humanas, ni menos porque se haya terminado toda forma de amor…sino porque nos postraremos ante el Soberano del Reino de los cielos, ante quien es REY entre reyes, por toda la eternidad, ante aquel que está por sobre el sol…pues lo creó, ese día, definitivamente, sí que será nuevo...y sin necesidad del sol.
Iván Diego Werth Münchmeyer
* Mi abuelo se llamaba Diego y mi segundo nombre es el suyo.
** fragmento del discurso que aparece en la película.
***fragmento de una canción mía llamada "quiero que me digan loco".

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