viernes, julio 29, 2005

Elephant

UN ELEFANTE SE BALANCEABA SOBRE LA TELA DE UNA ARAÑA...
¿CUÁNTO MÁS RESISTIRÁ LA TELA?

Quisiera advertir algunas cosas antes de comenzar:

esta película está basada en un hecho real.
esta película es fuerte en algunos de sus contenidos.
esta realidad no afecta sólo al país donde sucedió el hecho.
este hecho puede afectar a nuestro propio país y a cualquier país del mundo.

Por cada uno de estos puntos, es necesario tener un acercamiento a esta realidad que acecha y que toma rasgos visibles cada cierto tiempo en medio nuestro. Gus Van Sant, el director, realiza un film argumental, con la estructura de un documental que cuenta una historia desde distintas visiones, para ir descubriendo un elefante que esta ahí en medio de una escuela, de una sociedad, a la vista de todos, pero al que sólo se quiere ignorar. Éste no es un animal como el que vemos en un circo, que hace sus gracias o que deambula aburrido en un zoológico, incluso, que lleva seres humanos sobre sí, sino que tiene las características del que va en estampida, enojado, violento y que tal vez en su fuero interno, sólo está atemorizado o mejor dicho, aterrado sin saber exactamente de que…tal vez de la rutina diaria en todas sus expresiones, que se manifiesta en medio de sus propios cambios fisiológicos, mentales, emocionales, etc.

En esta película hay adolescentes y se refleja parte de lo que es la vida a esa edad, pero también se muestra a adultos, por tanto podríamos decir que no es sólo una película de o para adolescentes, considerando eso sí, que los adultos tienen una presencia casi tácita, sólo vemos 4 o 5 de ellos a lo largo de la película, lo que los hace importantes por su ausencia o por una autoridad no asumida, dispersa, lejana y quizá en un sólo caso, con algo de empatía.

En general, se vislumbra un mundo de personajes que viven cada uno inmerso en mundos limitados, donde el molestar al compañero(a) por los motivos más insignificantes, se transforma en un deporte, donde los juegos de video no son virtuales…donde quien dirige está más preocupado de la hora en que llegó un alumno y su castigo luego de clases, que ver el trasfondo de su tardanza (situaciones familiares en proceso), donde las notas no siempre son lo más importante y la posibilidad de carrete adquiere prioridad, donde existen relaciones amorosas que comienzan, ilusiones que esperan concretarse, primeros besos, comentarios dolorosos sobre otros, fotógrafos enamorados de las imágenes que sueñan exponer, futuras cantantes que defienden su talento, deportistas destacados, una cocina que sirve los alimentos, grupos de reflexión, duchas y baños, complejos, mascotas, seres que deambulan como en otro mundo, capaces de ayudar a otros huir, pero incapaces de huir ellos mismos.

Este film nos muestra una escuela que podría ser considerada “modelo”, con todo a disposición, gran campus, lugares de esparcimiento, un buen gimnasio techado, salas multiuso, amplios pasillos, biblioteca, baños, actividades extraprogramáticas y otras cualidades, todo a disposición…pero pocos dispuestos a : escuchar, enfrentar en amor a la raíz violenta, abrazar el vacío del alma, mostrar la exacerbación idolátrica, combatir la indiferencia y el desprecio, encarar el desapego a todo, incluso a la culpa y a propender al arrepentimiento y perdón.
Recuerdo varias películas que marcaron mi adolescencia, un par de ellas, The Wall ( we don´t need no education..) y la Sociedad de los Poetas Muertos, ambas a estas alturas, clásicos, ambas, trágicamente conmovedoras, de ambas aprendí y sobreviví, a mi adolescencia también. Elephant conmueve en estos tiempos, por lo apacible que parece ser la tormenta que viene acompañada por el “claro de luna.” de Beethoven.

Quisiera que reflexionáramos sobre las siguientes preguntas:

¿Es qué autoridad y flexibilidad van siempre en contraposición?

¿cómo anestesiamos a nuestro elefante ?

El modelo de Jesucristo es ambas cosas a la vez, no confunde autoridad con autoritarismo ni libertad con libertinaje, tiene en sí la flexibilidad del amor, su comprensión, su perdón, su gracia y misericordia, pero también tiene como expresión de su amor, la corrección, la enseñanza, la disciplina… si faltare uno de estos “brazos de amor”, el elefante comienza a sacudirse bruscamente de las capas de tierra que ha cultivado a lo largo del tiempo y se llena de barro nuevo, en donde revolcarse y lo hace, violentamente.


Hay una frase que he ido madurando en el tiempo que dice:

“Los niños y jóvenes tienen derechos y deberes, sin los primeros son deformados, sin los segundos, tendrán que ser reformados.”

Hoy se habla del concepto de tribus urbanas, que generalmente se relaciona a jóvenes y en donde los adolescentes se asocian en comunidades emocionales, en grupos de pares específicos, que buscan o adhieren a una identidad que es más bien pasajera (moda) y que quiere marcar una territorialidad propia, es así como nos encontramos con: darks, punkies, hiphop, skaters, new waves, hooligans (barristas) y otros nombres, que tienen una ascendencia idiomática, temática y sintomática en nuestra sociedad que anhela canales de expresión, que lucha contra una globalización desnaturalizada, pero que a la vez propugna la integración en sus múltiples formas, con sus bendiciones y de las otras… o simplemente se reafirma en un fundamento rígido que la transforma en ghetto.


Una sugerencia, evitar que las escuelas, colegios, universidades y nuestra sociedad completa se conviertan en “elefantes blancos”, vale decir, en un gran proyecto de desarrollo, en este caso, educacional, que finalmente no funciona y se queda estancado en el lodo cenagoso, no porque el proyecto sea bueno o malo en sí, sino porque adolece del testimonio de vida valiente de adultos y jóvenes, que presenten a Jesucristo como maestro de maestros, como él único que puede llenar el vacío de nuestras salas de clases, enseñándonos a amarle a Él y a nuestros adolescentes y adultos, como a nosotros mismos, porque nosotros no somos una tribu que sigue vagando por desiertos, sino el pueblo de Dios, que tiene su territorio eterno en el Reino de los Cielos, pero que está inserto en el mundo, sin ser del mundo.


“Esto habla y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.” Ti 2:1

Iván Werth Münchmeyer

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que tus comentarios me parecen muy buenos, profundos, te dejan pensando acerca del tema expuesto. Yo creo que en nuestras vidas la lucha individualistas por ver quien alcanza mayores logros, quien es mas exitoso,etc., ha permitido que vayamos dejando muchas cosas en el camino, incluso los principios básicos. Esto es lo que nos ha llevado a ser una sociedad egoista, con falta de empatía, violenta, donde escasean personas que se detengan y marquen la diferencia. Esta claro que es mucho más fácil "esconderse" detrás de un grupo, es menos arriesgado, pero estamos olvidando un mandamiento muy importante, "ama a tu projimo como a ti mismo". Por amor a nuestros amigos, a nuestra sociedad,a nuestro país, atrevámonos a ser jóvenes diferentes, que seamos capaces de revertir el destino de muchos que hoy se estan perdiendo.

werth dijo...

La pregunta es ¿qué es éxito? en los tiempos antiguos había profetas...ellos no eran muy "exitosos", por cuanto no muchos escuchaban o hacían caso a lo que decían o advertían, pese a ello, no claudicaban, porque sabían que lo que hacían y decían era importante.

Un abrazo

Iván