La idea del castillo, generalmente la
asociamos a una fortaleza, a un lugar inexpugnable, al cual es prácticamente imposible
de acceder, pues está ubicado en un lugar de terrenos difíciles para llegar,
muchas veces escarpados, que cuenta con grandes muros, que tienen guardias bien
armados y atentos en sus cuatro costados. Puede ser que recuerdes también la
idea de un dragón que vuela alrededor o que sale a defender a su amo o la de un
río alrededor del recinto amurallado, con criaturas ansiosas de comerte…generalmente,
cocodrilos, donde los puentes levadizos son difíciles de abrir, sino estás
dentro…y eres más de uno para hacerlo…o si quienes están adentro lo abren para
ti al reconocerte como el señor, “dueño de casa” o amo del palacio, pues en
estos lugares es donde vive el rey o alguien que pertenece a la nobleza…aunque en
muchas oportunidades, el trono se ha usurpado…y por eso se quiere restablecer
el dominio a quien corresponde…en fin, pero para tener una fortaleza, hay que
tener una bandera, un símbolo que defender y/o capturar, que te haga
reconocible como amigo o enemigo de ella.
Este film protagonizado por
Robert Redford (El General Eugene Irwin)
con James Gandolfini (el Coronel Winter) como antagonista, trata de esta prisión conocida como “el castillo”,
donde por un lado, se ha de demostrar en palabras y
hechos, que realmente es imposible de abatir, y por el otro lado, que no basta
sólo con salir de él o sobrevivir en él,
sino que hacerlo con dignidad. Viene a mi mente, la famosa cárcel de la
isla de Alcatraz y otras cárceles famosas en el mundo. El “último castillo” tal
vez ha encontrado un adversario que le
puede hacer pugna, que le puede vencer.
Martín Lutero, escribió un himno llamado:
Castillo Fuerte, basado en textos bíblicos que hablan que estar en la presencia
de Dios, es reconocer que se está en el lugar más seguro y ante la Persona que
nos ampara y protege como nadie más lo puede hacer.
El himno dice: Castillo fuerte (Ein Feste
Burg) es nuestro Dios, defensa y buen escudo…con su poder nos librará de todo
trance agudo…Fue escrito durante su estadía en el Castillo de Wartburg, donde
trabajaba en la traducción de la Biblia al alemán.
En el libro de los Salmos, encontramos
varias citas que hablan sobre Dios como la fortaleza misma, algunos de sus
ejemplos:
1AMARTE
he, oh Jehová, fortaleza mía. 2 Jehová,
roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré;
Escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio. 3 Invocaré á Jehová, digno de ser alabado, Y
seré salvo de mis enemigos. Salmo 18:1-3
A TI clamaré, oh Jehová, Fortaleza mía: no te
desentiendas de mí; Porque no sea yo, dejándome tú, Semejante á los que
descienden al sepulcro. Salmo 28:1
DIOS es nuestro
amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Salmo 46:1
La peor cárcel donde puede
caer un hombre, es la del orgullo, la de ufanarse de su historia, de sus
recuerdos o de los recuerdos de otros (ej: una colección…no es malo coleccionar
cosas, pero se transforma en un problema, cuando vivo en función de ellas y
dejo de lado lo prioritario o importante). La peor cárcel es aquella donde
cometo una y otra vez el mismo error y no reconozco mis equivocaciones. La peor
cárcel es donde mi liderazgo es puesto a por fuerza, no por sabiduría, por
lealtades compradas más que ganadas, en este caso, en el campo de batalla. La
peor cárcel es aquella donde pienso que siempre he de ganar y no se me pasa por
la mente, la posibilidad de empatar (hacer tablas) y no existe el perder o
renunciar. La peor de las cárceles es aquella donde me equivoco de juego, pues
cada juego tiene sus reglas…la peor cárcel es donde desconozco las fortalezas
del enemigo y conozco poco mis propias debilidades…en fin, podría seguir…
Pensaba que este film habla un poco de
eso, como en medio de un desorden donde pareciera todo ordenado, en un lugar
donde pareciera que hay “varios ejércitos”, aparece alguien que los une y los
enfoca a luchar en pos de una bandera como objetivo final a conquistar…pero la
pregunta es: ¿cómo se conquista una bandera, como se toma la fortaleza? Y surge
una nueva incógnita…¿a cuál bandera servimos? y un “bonus track” ¿cómo nos
conquista la bandera a nosotros?
Los personajes secundarios comienzan a
observar y participar de la situación, en la medida que sus propios talentos y
habilidades son tomados en cuenta y usados en el momento oportuno. El que es
despreciado porque se piensa que es menos inteligente (Clifton Collins Jr. con
su personaje del cabo Ramón Aguilar) muestra que es un experto en construir
muros, aquel que ha deshonrado el uniforme y tradición de su ejército y que no
debía haberlo usado nunca (Mark Ruffalo como el capitán Yates) y otros.
La guerra o el enemigo es el abuso de
poder, en un mundo donde muchas cosas se resuelven por la fuerza, no basta sólo
con ella, no será fácil quebrar el ánimo del oponente con las humillaciones. Como
dice al comienzo de la película, la situación de los castillos no ha cambiado,
siguen teniendo las mismas condiciones de antaño.
El problema es que muchas veces
construimos un castillo o muro alrededor nuestro, sin saber que lo estamos
haciendo y menos el sentido que tiene. En mi caso personal, hace muchos años
escribí una canción que decía en una parte de su letra: en mi pieza o
habitación que ha sido, siempre mi refugio, hoy me siento prisionero….
Luchar contra Dios es un absurdo, pretender tomar Su Castillo, una locura,
querer ser el nuevo rey es peligroso…Ahora, si el Dios de los ejércitos viene a
nosotros, tal vez sea prudente, presentar la única bandera que nos hace
ganar…la blanca, la de la rendición total e incondicional, para que se cumpla
lo del salmista, lo de Lutero, lo de muchas y muchos otros a lo largo de la
historia, lo que he vivido en mi propia vida y contra lo que lucho cada día, el
no volver a ser prisionero de mí mismo o de otros, sino prisionero del amor de
nuestro Creador, quien nos hace libres en Cristo Jesús. Recuerda, Dios se fortalece
en nuestras debilidades, así lo señala la Palabra en: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder
se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien
en mis debilidades, para que repose
sobre mí el poder de Cristo” 2 Corintios 12:9.
Como final o comienzo…un precioso himno conocido como, Salvador a ti me rindo, nos dice en su primera estrofa y coro…
Salvador a ti me rindo, Y obedezco solo a ti Mi guiador, mi fortaleza, Todo encuentra mi alma en ti
Coro:
Yo me rindo a ti, Yo me rindo a ti, Mis flaquezas y pecados, Todo
traigo a ti.
Dios les bendiga.
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