martes, mayo 11, 2010

El Concierto


El concierto es una de esas películas gratas de ver, donde uno no se aburre y puede pasar rápidamente desde la risa a la nostalgia, del orden al desorden, de lo real a lo casi surrealista, de lo comprendido por todos a la idiosincrasia propia de una zona, de la esperanza a la frustración, de la imposición de ideas totalitarias a la exposición de música libertaria. Un poco de drama, pero mucho de comedia, a veces sutil en otras grotescas. En realidad El Concierto, es como en su expresión musical más genérica, una obra que consta de 3 movimientos, que pueden ser, para hacer referencia al Concierto para violín y orquesta en ReM de Pyotr Illich Tchaikovsky, que es eje central de la película, el Allegro moderato inicial que parte con quien fuera el director de la Orquesta del Boshoi ruso, que luego de diferencias políticas al no aceptar la idea de sacar a sus músicos de origen judío de la agrupación, pierde todos sus privilegios y pasa de ser el maestro más renombrado al aseador del teatro. Un día mientras limpia en la oficina del Director del Teatro, llega un fax desde París, Francia, con la solicitud del Teatro Le Châtelet invitando a la Orquesta, a dar un concierto. Al leer el documento, se inicia el camino hacia la ilusión de volver no sólo a tocar juntos con los músicos de hace treinta años, sino que recuperar su historia y su dignidad como seres humanos.

La película tiene un hermoso montaje visual, musical y como relato en sí mismo. Esta obra en co-producción de cuatro países, del director rumano Radu Mihailenu y destacan la participación de: Alexei Guskov (Andrei, el maestro), Mélanie Laurent (Anne-Marie, la solista), Dimitri Nazarov (Sacha, el amigo músico), Valeri Barinov (Iván, el ex- promotor del Bolshoi).
Un segundo movimiento que es el encuentro entre Andrei y Anne-Marie, que podríamos llamarle la Canzonetta andante, donde vamos conociendo más de la historia sociopolítica y personal de los intérpretes. Esta es la parte más melancólica, dolorosa, pero a la vez, potente, en cuanto a querer mostrar el encuentro del pasado con el presente, tal y como sucede paralelamente en otra arista, con Iván y su encuentro con el Partido Comunista francés.
El último movimiento es un Allegro vivacísimo, donde se expresa todo lo académico y lo no académico de la música, donde Tchaikovsky vuelve a renacer y también cada músico que lo interpreta y ha interpretado, donde se culmina una historia que quedó trunca hace treinta años, pero no hay que aplaudir sino hasta el final, porque el desafío de tocar luego de 30 años, sin ensayo, pueden pasar la cuenta. Si quieres conocer esta hermosa partitura hecha película, siéntate en tu butaca y disfruta.
“Canta” la Palabra de Dios sobre lo que sucede en el film, la búsqueda de... “Mirad cuan bueno y delicioso es, habitar los hermanos juntos en armonía”. Salmo 133:1

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