sábado, marzo 27, 2010

Super


Por esas cosas...tuve la oportunidad de presenciar esta película junto a sus directores en la Cárcel de Lebu, como parte del marco del Festival Internacional de Cine Caverna Benavides, que se realiza en la ciudad. Fue un ambiente especial, el verla junto a los internos y poder escuchar la forma en que se hizo. Esta es una comedia chilena, que muestra al supermercado, como un espacio de encuentros y desencuentros, donde se comparte la música de fondo que incita a comprar, donde se busca un producto especial...o donde queremos transformarnos en un producto especial...de consumo habitual.
Este supermercado es el lugar de conversaciones profundas y vanas, de metáforas celestiales y de prosas burdas, donde se hacen y deshacen amistades, donde la soledad se hace evidente, pero donde también hay espacio para el amor. Algunos lo ven como el lugar para conquistar a otros y otras, tal vez, la oportunidad de agradar a los dioses de la tele, a los busca talentos, escondidos en los pasillos, tras la apariencia de simples compradores. Unos anhelan el encuentro con el artista de sus sueños, otros simplemente, reniegan de los productos y los precios. Algunos, buscan un sentido para su vida, siendo compradores compulsivos de “esperanzas”...de preferencia...”light”. Otros analizan la vida detrás del mostrador, más preocupados de ellos mismos, que de ofrecer una buena atención. Unos quieren renunciar, otros se conforman bajo un disfraz. Unos quieren establecer lazos con el vecino, otros, no quieren perder el tiempo en ello. Unos se desilusionan de viejas amistades, otros no logran terminar de comprar la lista de cosas del asado para ver el partido de Chile. El paseo por el supermercado es como una danza de carritos, como el taco de la calle, con “carromovilistas” que no respetan las leyes básicas de convivencia. Es el centro educativo para ladrones que dan sus primeros pasos, en el viejo oficio... Es el lugar para efectuar la defensa de concepciones de mundo, dar discursos encendidos...con olor a revolución desteñida. Es el lugar de descubrir los secretos del amigo, es la oficina del jefe que todos temen, pero nadie respeta. Es el lugar de los famosos, que bajan de su “Olimpo”, para mezclarse con los simples seres humanos. Es el centro de recuerdo de las viejas rencillas, de la envidia y la flojera, de la lascivia y la cajera... del que ve status en todo lo que tiene, del que aspira...no sólo ilusiones, sino ideas en el aire, para un nuevo guión. Es una comedia que hace reir y nos recuerda algo de la idiosincrasia del país, algo de nosotros mismos. Si pudiéramos seguir con las historias en particular, de cada uno de los personajes de la película, nos daríamos cuenta que algunos de ellos son protagonistas de su vida, otros son sólo personajes secundarios o terciarios de ella...
Víctor Frankl escribió el hombre en busca del sentido último, tal vez en el super...se pueda buscar el sentido primario...o el sin sentido de la vida. Es extraño pensar que los supermercados y los malls, han ido tomando el lugar de plazas y parques, que se han hecho lugares de esparcimiento y para comer...de preferencia rápido. La vitrinas, góndolas y demases, son una fuente inagotable de cultura...de estudios sociológicos, antropológicos, psicológicos, de mercado, en fin...

No es que reniegue de estos lugares, ni que no me vayan a encontrar en uno de ellos, en más de una oportunidad, dentro del mes, sino simplemente, que no quisiera llegar a darles un lugar tan relevante en mi vida, que no pueda vivir, respirar, confiar, anhelar, soñar, en que siempre estén abiertos, para cuando los necesite y que en cada compra que haga tenga puesta la esperanza en el premio a recibir, para terminar recibiendo la respuesta dolorosa...”siga participando”. No quiero volverme loco por las ofertas de la semana, que no siempre son lo que pintan, o simplemente, que sea mi lugar para desayunar o almorzar con las promotoras de los pasillos. En Chile, a propósito, las farmacias son símiles de los super, en cuanto a la dependencia de la gente de ellas, no por nada encontramos más de una de ellas, en una sola cuadra...¿de qué estamos tan enfermos?

Super, lo quiera o no, nos recuerda que no todo, lo podemos comprar. Nos recuerda que Jesucristo, compró en el mercado de la humanidad, y que aunque pagó en efectivo, nos dio el crédito...de creer en nosotros, y que al pagar con su propia sangre, sin cuotas, nos brindó el regalo de creer en Él, de llegar al premio mayor, de reconocer que el que está sobre nosotros, vino a estar entre nosotros, por algo que no aunque lo parezca a veces, nunca podremos comprar, ni tampoco vender...verdadero Amor.

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