sábado, diciembre 27, 2008

Lars y la chica real

Hay veces en que tal vez hayas deseado inventarte una vida, sentimientos, pensamientos, un árbol genealógico, romances, sueños y quizá hasta tus propias pesadillas. Puede ser que hayas pensado en hacerte a un dios a tu imagen y semejanza, o muy distinto a ti, por cuanto no te aceptas ni agradas y quieres hacerlo a la imagen y semejanza de lo que aspiras…

Este film, es la historia de alguien que quiere aprender a comunicarse y no sabe bien como, que quiere comprender el sentido de dejar de ser niño y llegar a ser un hombre, de experimentar la adultez o algo más complejo aún, la madurez. Tú y yo tenemos un historial de vida, a veces tranquilo, en otros turbulento, doloroso o alegre…no sé…tal vez, con traumas o marcas en tu cuerpo, mente y/o alma. Algunas ya sanadas y otras no.

Lars tiene mucha gente que le ama, le estima y que quiere amarle…y parte del problema para ellos, es como enfrentar las situaciones, entendiendo que no todas las recetas o formas de administrarlas surten siempre el mismo efecto. En varias ocasiones he sido tema en juntas de médicos, pues mi cuerpo responde de forma muy distintas a lo usual de las personas, por lo que yo advierto del tema a los doctores que visito por primera vez, quienes me observan con incredulidad y luego…cuando se da el caso de la aparición de los efectos secundarios…que no eliminaron a los primarios, comprenden lo que significa en profundidad, que cada paciente es una persona distinta y única.

A veces, creemos como cristianos, que un par de versículos dichos en el momento “adecuado”, casi aprendidos de memoria para cada ocasión, calmarán dolores, brindarán paz, ayudarán a descansar…

El amor al prójimo en este hermoso film, que parece una locura, pero que no es sino simplemente un llamado de atención, nos ayuda a buscar no sólo en las apariencias, sino que en lo más profundo. El reconocimiento de todo un pueblo, para “seguirle la corriente” a Lars, con su novia (una muñeca inflable), hace que se pueda descubrir la razón última para inventarla. No es una película grotesca, no es comedia hilarante, ni una tragedia, sólo vidas, que buscan ser reales, con temores, sueños, esperanzas, que tienen fe…Es interesante ver como se pueden romper prejuicios dentro de la misma iglesia, en las resoluciones que se toman para buscar la sanidad y comunión con uno de sus miembros.

A veces me pregunto cuantos y cuantas “Lars”, hay alrededor nuestro y cuantas veces estamos dispuestos a “seguir la corriente”, para conocer la profundidad de las heridas y conocer su causa, para pedir más claramente a Dios, que intervenga en ellas y si quiere, que nos muestre como podemos ser instrumentos suyos en medio de esta sanidad. Me pregunto cuantas veces, yo mismo he sido “Lars”…o he sido quienes le rodean .Es una historia de respeto, no de burlas, de improvisar diálogos con una muñeca, que pasa a ser parte de las vidas de la gente del pueblo.
Bianca ha sido misionera, enfermera, sabe de todo, llega a tener trabajo, colabora con los niños en la iglesia, va a la peluquería, tiene amigas, se enferma, en fin…Bianca no es un sueño ni una pesadilla, es simplemente un canal de comunicación, en un mundo de amigos (as) imaginarias, que suplen, en algunos casos, una soledad profunda.
En Lars, se habla de delirio, como trastorno, me pregunto cuantos delirios o trastornos llenan las páginas de diarios, blogs en Internet, programas de t.v, cuantos silencios, que suplen conversaciones que serían embarazosas o complejas de abordar, cuantas preguntas de niños, que no podemos, sabemos o queremos responder.
Un abrazo
Iván

No hay comentarios.: