miércoles, noviembre 21, 2007

El Séptimo Sello



Consumado es…









Escribir sobre El Séptimo Sello es un desafío, por cuanto ya mucho se ha analizado desde 1957 en adelante, sobre su temática, autor, riqueza artística, complejidad, sutileza y a la vez franqueza, su cierto cinismo e ironía, su esperanza dentro de la desesperanza…en fin. Tal vez, si no hubiera muerto Bergman, no estaría hablando de la muerte…pero tampoco quiero hablar de la muerte…sino de la vida, o más bien de la VIDA, de certidumbres, conjeturas y conocimiento…No diré de “nuestras”, ni siquiera de la mía aún…(recordando a C.S. Lewis en “ Una pena observada”, quien dice que no lleva por título La pena observada…por cuanto es su forma de enfrentar el dolor de la muerte de un ser querido, que fue hecha film, con Anthony Hopkins y Debra Winger, que tengo pendiente comentar).

La riqueza de cada plano en el film, es como se ha dicho en tantas oportunidades, (incluso por el propio Bergman), una especie de cuadro medieval en movimiento, en donde el negro y blanco como tonalidades, no siempre ofrecen demasiado espacio al gris…pero si lo ofrecen en los diálogos y en las acciones de cada personaje. Las transiciones, la música sobria, juguetona y desgarradora a la vez, los movimientos de cámara suaves, pero intensos, el paisaje nórdico, que a veces parece como si se estuviera en la zona austral de Chile o en un mundo donde la luz es escasa y donde la muerte no aparece siempre de noche…sino que con la luz del día.

La metáfora de ganar a la muerte, o simplemente ganar tiempo, para prepararse o simplemente…conocer…tener respuestas, es algo que si en algún momento de tu vida no te ha tocado, lo hará…los ajedrecistas, toman su tiempo, pero una vez comenzada “la partida” tiene que llegar a destino…sea cual sea el que se haya escrito antes…y hacer tablas con la muerte…no es algo que se pueda. La búsqueda de un sentido para la vida…¿cómo seguir siendo Caballero en las circunstancias de la peste negra?, que quizá se encuentra sólo al compartir con los actores itinerantes y su pequeño hijo...



El caballero cruzado, que cruza el mar de vuelta a su tierra, para cruzarla e ir en busca de su amada, que dejó, luego de casarse…vuelve con su fiel escudero…quien también añora a su mujer…No son el Quijote ni Sancho…tal vez la analogía más simple de buscar, pero la obediencia por parte del escudero, no está en cegarse, callar o mentir ante Antonius Block (el Caballero), sino que justamente, recordarle que han estado juntos en cada historia y que será un cuestionador de aciertos y errores, un consejero, a veces el mejor, en otras…alguien que derrama en cada frase un serio escepticismo, no nihilista, ni existencialista, sino que más bien, con juicios de valor, con respeto a la palabra, comportándose como Caballero…

Alguna vez en mi vida sentí como que mi juego…era el hacer una canción que no terminaba nunca y siempre dejaba alguna frase inconclusa, para seguir escribiendo al día siguiente…esa canción en algún momento se perdió…pero no perdí la vida, sino que al contrario, tuve lo que no había tenido antes…una nueva oportunidad…de encontrar sentido…

Ahora, mientras escribo, recuerdo la historia de Sherezade, que narraba historias para no morir…que coincidencia…

Quisiera seguir…no sé si hacerlo en la forma en que comenté alguna vez Las Crónicas de Narnia, analizando a los personajes…no sé…tal vez tenga más sentido…Es un film para ver y sentarse a conversar…quizá por eso, no he querido comentarlo antes, pero si ya comencé…no quiero tener las inquietudes del Caballero…Al buscar en algunas genealogías…me he encontrado con sorpresas que parte de mis antepasados estuvieron en esos asuntos…de Cruzadas y otros menesteres…y me preguntaba como habrá sido vivir en tiempos de guerra, de pestes, de muerte…con juglares, flagelantes y otros personajes…que ironía…cuanto se parece al día de hoy…¿será que hay un nuevo Dies Irae? ¿Será que pronto se abrirán los sellos? ¿Será que nuestra historia está marcada por algo ?


Bergman fue hijo de pastor, pero por esas cosas de la vida, lejos de seguir el mismo camino se fue por otro, pues consideraba que había sido un tiempo de “cristianismo castrador” lo que había vivido. Bastante expuso en su obra, sobre su enseñanza, su relación con sus padres, de una forma u otra fue marcado, quizás la estrictez…quizá legalismo..o quizá la simple porfía de hombre…todas sus certezas y dudas juntas, quizás…expresadas en la siguiente frase:

“si uno nace y se cría en una vicaría llega a comprender lo que significan la vida y la muerte. Mi padre celebraba funerales, bodas, bautizos, daba consejos y preparaba sermones. El demonio era algo conocido, y, en la mente de un niño, había necesidad de personificarlo. Y ahí es donde entró en mi vida la linterna mágica. Consistía en una pequeña caja metálica con una lámpara de carburo y placas coloreadas de cristal, de Caperucita, el Lobo y los demás personajes de los cuentos infantiles. Y el Lobo era el demonio, sin cuernos, pero con rabo y una espantosa boca roja, un ser extrañamente real pero inalcanzable, una imagen de maldad y una tentación sobre la pared floreada de mi cuarto de niño”.

Y para complementar…la trascripción de una parte de una escena del film:



En el interior de una iglesia el Caballero se está confesando. Tras la reja está la Muerte. (El Caballero todavía no lo sabe). De vez en cuando mira a un crucifijo situado en una pared.



El CABALLERO: Quiero confesarme y no sé qué decir. Mi corazón está vacío. El vacío es como un espejo puesto delante de mi rostro. Me veo a mí mismo, y al contemplarlo siento un profundo desprecio de mi ser. (Pausa) por mi indiferencia hacia los hombres y las cosas me he alejado de la sociedad en que viví. Ahora habito un mundo de fantasmas, prisionero de fantasías sin sueños.
LA MUERTE: Y a pesar de todo no quieres morir.
EL CABALLERO: Sí, quiero.
LA MUERTE: Y entonces a qué esperas.
EL CABALLERO: Deseo saber qué hay después.
LA MUERTE: Buscas garantías.
EL CABALLERO: Llámalo como quieras. ¿Por qué, al menos, no me es posible matar a Dios en mi interior? ¿Por qué prefiere vivir en mí de una forma tan dolorosa y humillante, puesto que yo le maldigo y desearía expulsarlo de mi corazón? ¿Sabes? Estoy a punto de llegar a una conclusión… Creo que Dios es una especie de realidad engañosa, de la cual los hombres como yo no podemos desprendernos. ¿Me escuchas?
LA MUERTE: Te escucho.
EL CABALLERO: Por ello, yo quiero saber. No deseo creer. Ni suponer, sino saber… Deseo que Dios me tienda su mano, ver su rostro y que me hable.
LA MUERTE: Pero se calla.
EL CABALLERO: Así es… Le grito en medio de la noche, pero es como si no hubiera nadie en ningún sitio.
LA MUERTE: Puede ser que no haya nadie.
EL CABALLERO: Sí, ya lo he pensado. Pero, en ese caso, la vida sería un horror absurdo. Nadie es capaz de vivir con la Muerte ante sus ojos y creyendo que todo ha de desembocar en la nada más absoluta.
LA MUERTE: La mayor parte de los hombres no piensan ni en la Muerte ni en la Nada.
EL CABALLERO: Sin embargo, tiene que llegar un día en que se encuentren sobre el borde mismo de la vida…. y entonces habrán de mirar hacia la Noche.
LA MUERTE: En efecto. Y ese día puede ser cualquiera…
EL CABALLERO: A veces pienso que tal vez fuera necesario que los hombres hiciésemos una imagen de nuestro miedo y que a esta imagen la llamáramos Dios.
LA MUERTE: Te encuentro inquieto… Demasiado.
EL CABALLERO: Es que la Muerte ha venido a verme esta mañana. He comenzado a jugar con ella una partida de ajedrez, con lo cual puede decirse que me he comprometido a cumplir una misión urgente.
LA MUERTE: ¿Y cuál es esa misión?
EL CABALLERO: Mi vida ha sido algo completamente vacío, sin sentido. He cazado, he viajado, he convivido con todo el mundo. Pero todo ha sido inútil… Lo digo sin vergüenza y sin remordimiento, porque sé que la vida de los hombres está hecha así. Es precisamente por eso por lo que deseo utilizar mi aplazamiento: para realizar aunque sólo sea un único acto que tenga alguna significación.
LA MUERTE: ¿De modo que ese es el motivo por el que juegas al ajedrez con la Muerte?…
El siguiente pasaje está presente en el film y lo creo primordial para entender no sólo El Séptimo sello, a Bergman, al cine europeo o al sueco, sino que a nuestra propia vida…

“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas….Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.”

Apocalipsis 8:1-2, 6

Este pasaje tiene distintas aproximaciones interpretativas, como lo tiene el libro de Apocalipsis en sí mismo. Es interesante ver que en el versículo 4, habla de las oraciones de los santos.

Es interesante que los santos son quienes han confiado su vida y su muerte a Dios, quienes tienen la esperanza de una Vida Eterna junto al Creador, quienes saben que cuando anden en valle de sombra, de muerte, no temerán mal alguno porque Dios estará con ellos, porque Dios estará conmigo…

Es interesante que muchas veces se ha creído en la historia que estamos prontos al fin del mundo, pero es aún más interesante que, si no se ha abierto aún el séptimo sello…tenga que ver con lo siguiente…

"El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento." 2Pedro 3:9

Aún hay tiempo para encontrar sentido a tu vida, aún hay tiempo para encontrar a Dios, aún hay tiempo…pero no sabemos cuanto…esa es la urgencia…eso es lo importante de hacer lo que tenemos que hacer…


Un abrazo

Iván

2 comentarios:

Armin dijo...

Estimado Ivan

Disculpame que te escriba aqui, pero queria decirte que te deje unos mensajes en tu sitio "los werth"

Saludos

Armin

Tomás Lilli dijo...

muy buena la pelicula...
muy bueno este post sobre la pelicula...
http://thelillis.blogspot.com