Las situaciones familiares son tema recurrente en el cine. Largo de sería de enumerar films donde se despliegan situaciones entre padres e hijos, abuelos, tíos y otros cercanos. Ahora, si le brindas un contexto socio-polícitico-histórico, puede ser un ingrediente interesante que potencie y justifique lo que hace alguien por amor a la familia.
La historia es la siguiente, a pocos meses de la caída del Muro de Berlín (1989), una mujer sufre un ataque cardíaco que la deja en coma, al ver como uno de sus hijos es detenido durante una marcha por los cambios en la República Democrática Alemana (R.D.A.) Ella, es madre de dos jóvenes y abuela de una pequeña niña. Fue abandonada unos 10 años antes por su marido, quien desertó a occidente durante un congreso de médicos, ello le ocasionó un colapso nervioso, previo, al que está sufriendo ahora. Luego de recuperarse del desengaño “amoroso-político”, se transforma en una camarada de excelencia para los fines del partido gobernante, destacándose por su labor cívica, buscando el bien común para el desarrollo del socialismo, la ideología en que ha puesto su fe. Sus propios hijos tienen una visión distinta a la de su madre y piensan que las cosas pueden ser mejor, lo que generará una serie de situaciones durante el transcurso de las escenas.
Hay veces que un trailer (sinopsis) de una película te puede llevar a engaño, creo que eso me pasó con este film, pues creí que me iba a encontrar con algo y fue otra cosa lo terminé viendo, aunque la música del comienzo ya me sugirió que el camino iba por otro lado. El sentido del humor trata sobre situaciones reales, llevadas a extremos, a veces grotescos, en otros momentos sutiles, a través de diálogos, situaciones, gestos, sátiras, parodias, sentido de sorpresa, pero en fin, comedia, en el sentido amplio de la palabra. Hace tiempo que no veía una película alemana, no porque estén descartadas en lo personal, sino porque no llegan habitualmente en forma tan masiva. (No es que vea sólo películas “masivas”), sino que he ido retomando el encanto de disfrutar, reflexionar y comentar de cine después de mucho tiempo de divorcio por razones personales, que tal vez algún día comente, pues dan para un buen guión, pero seguramente en otro espacio. Bueno, a lo que iba, es que el peso de la industria estadounidense…es fuerte (sonó a frase típica y es una frase típica). Hay gente que encuentra que el cine europeo es aburrido, lento, “cabezón” (en el sentido que hay que pensar mucho para entender), lo que representa un estereotipo tal y como lo es decir, que el cine “americano”, es todo lo contrario. Simplemente, en el cine encontrarás buenas o malas películas, desde la perspectiva no sólo del gusto personal, sino que a partir de su concepción en el guión, su ejecución en la dirección y producción, su interpretación actoral y otros factores que son parte del ámbito audiovisual, que no entraremos a detallar, pero que habitualmente vemos en la entrega de distintos premios. Ahora, comedia…podría ser, hacer de una película que se decía seria, un chiste o viceversa. Si quiero comunicar algo, mi anhelo debería ser ¿si se capta el mensaje abierto y entrelíneas que hay en ella? ¿si es posible reinterpretar o entender que tiene que ver con el propio mundo de quien la ve?, ¿si es capaz de impactar en su propia “película de vida”, de forma que produzca cambios o refuerce lo que ya se es o se quiere ser? O simplemente pasar un momento de entretención. En lo personal, lo que me puede llegar a “aburrir de la entretención” es que no tenga un sentido final (lo que no es el caso de este film).Quizá en ello, podamos diferir, cuando leas esta reflexión, lo cual es válido e invita a comentarlo.
Hay veces que un trailer (sinopsis) de una película te puede llevar a engaño, creo que eso me pasó con este film, pues creí que me iba a encontrar con algo y fue otra cosa lo terminé viendo, aunque la música del comienzo ya me sugirió que el camino iba por otro lado. El sentido del humor trata sobre situaciones reales, llevadas a extremos, a veces grotescos, en otros momentos sutiles, a través de diálogos, situaciones, gestos, sátiras, parodias, sentido de sorpresa, pero en fin, comedia, en el sentido amplio de la palabra. Hace tiempo que no veía una película alemana, no porque estén descartadas en lo personal, sino porque no llegan habitualmente en forma tan masiva. (No es que vea sólo películas “masivas”), sino que he ido retomando el encanto de disfrutar, reflexionar y comentar de cine después de mucho tiempo de divorcio por razones personales, que tal vez algún día comente, pues dan para un buen guión, pero seguramente en otro espacio. Bueno, a lo que iba, es que el peso de la industria estadounidense…es fuerte (sonó a frase típica y es una frase típica). Hay gente que encuentra que el cine europeo es aburrido, lento, “cabezón” (en el sentido que hay que pensar mucho para entender), lo que representa un estereotipo tal y como lo es decir, que el cine “americano”, es todo lo contrario. Simplemente, en el cine encontrarás buenas o malas películas, desde la perspectiva no sólo del gusto personal, sino que a partir de su concepción en el guión, su ejecución en la dirección y producción, su interpretación actoral y otros factores que son parte del ámbito audiovisual, que no entraremos a detallar, pero que habitualmente vemos en la entrega de distintos premios. Ahora, comedia…podría ser, hacer de una película que se decía seria, un chiste o viceversa. Si quiero comunicar algo, mi anhelo debería ser ¿si se capta el mensaje abierto y entrelíneas que hay en ella? ¿si es posible reinterpretar o entender que tiene que ver con el propio mundo de quien la ve?, ¿si es capaz de impactar en su propia “película de vida”, de forma que produzca cambios o refuerce lo que ya se es o se quiere ser? O simplemente pasar un momento de entretención. En lo personal, lo que me puede llegar a “aburrir de la entretención” es que no tenga un sentido final (lo que no es el caso de este film).Quizá en ello, podamos diferir, cuando leas esta reflexión, lo cual es válido e invita a comentarlo.
Retomando el tema central, luego de mi desvarío…el protagonista de la película Alex, quien junto a su hermana Ariane, cuñado “occidental” llamado Denis, Lara, la enfermera rusa de intercambio, de la cual se enamora y que conoció en la marcha por los cambios, un genial cineasta en ciernes llamado Rainer, el compañero de trabajo) e incluso los vecinos (la sra. Schäfer entre ellos), crean un mundo para la madre, que al despertar de su coma, no sabe que el muro cayó, que su país ya no existe, que Alemania volvió a ser una sola, que ya nada es ni será igual, lo que de saberlo, le puede ocasionar la muerte.
Ahí es cuando comienza una recreación del mundo que está desapareciendo y por el que ella se jugó. Cada día se hace más complejo por la falta elementos que eran propios de ese tiempo, como algunas marcas de alimentos, que comienzan a ser desplazados por todo lo que proviene de occidente y que estaba vedado, por ser considerado como representantes del imperialismo… de un sistema económico, una filosofía de vida… aunque si uno lo mirara desde fuera... (ej: desde el espacio, como lo hace un cosmonauta en la película), eran dos imperios, que encontraron la forma de justificar sus avances o retrocesos en algo que llamaron guerra fría y en la que al final no hubo ganadores, porque la ilusión de ver caer el muro, no derribó la dureza del corazón humano y sólo fue un “hermoso breve tiempo”, que no se asemeja al que viviremos cuando:
“Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.”
Isaías 2:4
Independientemente del lado del muro que te encontrabas al ocurrir la caída, de las ideas que pudieses haber tenido, de cuán inmerso estabas o no en la “guerra”, no deja de ser fuerte, el pensar que tu mundo, tus ideas, tu sentido de vida, se pierde en un momento y que no tienes ya nada a que aferrarte. Ese quiebre es demasiado fuerte, es posible que sea casi imposible salir de ese pozo, salvo que busques un nuevo horizonte, una nueva perspectiva, una nueva ilusión…pero es fácil volver a construir dioses o ídolos que al final:
“Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen;Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.”
Salmo 115:5-8
Ahora, el amor de un hijo, lleva a la mentira para evitar la muerte de su madre, lo cual es cuestionable, por cuanto es una mentira, ahora, quiero ser bien claro en esto, no es que la mentira, sea un privilegio para algunas ocasiones, pero hay momentos que cuando corre riesgo la vida, puede ser que no la tuya, sino la de otro, sea un mal menor, aunque no hay diferencias entre pecados, si me dieran a elegir entre un no mentirás y un no matarás, me la juego por el segundo. Digo con mucho cuidado estas cosas, por cuanto sé que es un tema complejo, pero si de mí, (hago el alcance del uso de la primera persona) dependiera, si hubiera alguien en riesgo de morir y yo tengo que mentir para salvarle la vida, aunque no pensara igual que esa persona, mentiría. Si tuviera que morir por una causa, moriría por la causa de Cristo, no como mercenario, no como un fanático, no como un idealista, sino que como un mártir, que muere realmente por la Verdad en que ha creído. No es que me esté postulando para ello…pero no quisiera renegar si llegara a vivir una situación así. Uds. dirán ¿por qué en un caso sí y en el otro no? ¿qué tiene que ver esto con la película? Cuando la vean descubrirán que hay un giro que descubre otras mentiras y verdades, que fueron producto del amor, la valentía y/o la cobardía, que se manifestó en algún momento clave de la vida de los personajes y que marcó 10 años en la vida de esa familia, como también fueron diez años, los que en lo personal me tocaron vivir entre 1985 y 1995, que como ya dije, son tema para una película y en donde sólo les adelanto... que mis sueños cayeron al suelo y se hicieron pesadilla, pero que al despertar después de ella, fue como haber nacido de nuevo…fue realmente, nacer de nuevo.
La resilencia, podríamos definirla como la capacidad para superar momentos traumáticos de nuestras vidas, para reinventarse, para volver a ponerse en pie. Para los cristianos podríamos definirlo como una parte de perdón y arrepentimiento, otra de comprender el propósito de Dios para tu vida y llevarlo a cabo, pero también, de oración en el Camino que es Cristo, confiando, dependiendo, agradeciendo, pidiendo, confesando ante nuestro Creador, quien nos dice en Su Palabra:
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 8:37-39
Es una película que me sorprendió porque pensé que me podría reír mucho, como lo he hecho durante toda mi vida con los chistes de Otto y Fritz, por ese sentido del humor particular, pero al final…el film me terminó por emocionar, cuando veía que un héroe de la era espacial (cosmonauta alemán), vuelve a serlo, pues ha tenido la capacidad de mirar al mundo desde lejos y ver lo pequeño que somos. Quizá la mayoría no ha tenido la oportunidad de ver el mundo desde el espacio, pero tal vez te has subido a un avión, un cerro o a un edificio y has visto lo pequeños que somos en comparación con la grandeza de la creación y aún más pequeños, ante la grandeza del Creador. Es esperanzador cuando los seres queridos, tus amigos, vecinos, compañeros, recrean un mundo mejor que en el que vivías, donde sus propuestas se escuchan y se hace “realidad”, donde la visión de mundo es compartida y se establece sobre la base del diálogo y no la violencia, donde se muestra realmente el amor al prójimo, más allá de un lado u otro del muro, que en este caso, separó a Alemania, y no sólo a ella, luego de la Segunda Guerra Mundial. He tenido la oportunidad de estar en dos ocasiones en Rusia y he podido ver la historia desde otras perspectivas. Al estar en un Museo llamado Panorama, ubicado en Volgogrado, ex – Stalingrado, lugar donde se produjo una de las batallas claves en el desarrollo de la Segunda Gran Guerra, pude apreciar el horror de la guerra en la historia de la humanidad, como quedó retratada en el único edificio que quedó en pie en toda la ciudad en ese tiempo, que está al lado del museo, de sólo pensar que murieron cerca de 50.000.000 de personas en la Guerra y que sólo en esa cruenta Batalla de varios meses, hubo bajas por ambos lados, que superaron al 1.600.000…es para quedar en silencio y ser conmovido. Se derribó El Muro, The Wall…se han levantado otros…pero queda por derribar el más importante…el que expresé en una canción el día en que cayó mi muro y que dice:
“Ha pasado mucho, sin llegar este momento, de mostrar los sentimientos, que se esconden tras cemento…”*
Quisiera terminar con dos preguntas para la reflexión:
¿Es posible que aprendamos de nuestra historia como humanidad?
¿Es posible que aprendamos la historia de Dios con respecto a la humanidad?
Creo que ya saben cual es mi respuesta a ambas…espero saber las suyas.
Dios les bendiga
Iván
* Extracto canción, Mi Pequeño Gran Detalle…Jesús.
Ahí es cuando comienza una recreación del mundo que está desapareciendo y por el que ella se jugó. Cada día se hace más complejo por la falta elementos que eran propios de ese tiempo, como algunas marcas de alimentos, que comienzan a ser desplazados por todo lo que proviene de occidente y que estaba vedado, por ser considerado como representantes del imperialismo… de un sistema económico, una filosofía de vida… aunque si uno lo mirara desde fuera... (ej: desde el espacio, como lo hace un cosmonauta en la película), eran dos imperios, que encontraron la forma de justificar sus avances o retrocesos en algo que llamaron guerra fría y en la que al final no hubo ganadores, porque la ilusión de ver caer el muro, no derribó la dureza del corazón humano y sólo fue un “hermoso breve tiempo”, que no se asemeja al que viviremos cuando:
“Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.”
Isaías 2:4
Independientemente del lado del muro que te encontrabas al ocurrir la caída, de las ideas que pudieses haber tenido, de cuán inmerso estabas o no en la “guerra”, no deja de ser fuerte, el pensar que tu mundo, tus ideas, tu sentido de vida, se pierde en un momento y que no tienes ya nada a que aferrarte. Ese quiebre es demasiado fuerte, es posible que sea casi imposible salir de ese pozo, salvo que busques un nuevo horizonte, una nueva perspectiva, una nueva ilusión…pero es fácil volver a construir dioses o ídolos que al final:
“Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen;Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.”
Salmo 115:5-8
Ahora, el amor de un hijo, lleva a la mentira para evitar la muerte de su madre, lo cual es cuestionable, por cuanto es una mentira, ahora, quiero ser bien claro en esto, no es que la mentira, sea un privilegio para algunas ocasiones, pero hay momentos que cuando corre riesgo la vida, puede ser que no la tuya, sino la de otro, sea un mal menor, aunque no hay diferencias entre pecados, si me dieran a elegir entre un no mentirás y un no matarás, me la juego por el segundo. Digo con mucho cuidado estas cosas, por cuanto sé que es un tema complejo, pero si de mí, (hago el alcance del uso de la primera persona) dependiera, si hubiera alguien en riesgo de morir y yo tengo que mentir para salvarle la vida, aunque no pensara igual que esa persona, mentiría. Si tuviera que morir por una causa, moriría por la causa de Cristo, no como mercenario, no como un fanático, no como un idealista, sino que como un mártir, que muere realmente por la Verdad en que ha creído. No es que me esté postulando para ello…pero no quisiera renegar si llegara a vivir una situación así. Uds. dirán ¿por qué en un caso sí y en el otro no? ¿qué tiene que ver esto con la película? Cuando la vean descubrirán que hay un giro que descubre otras mentiras y verdades, que fueron producto del amor, la valentía y/o la cobardía, que se manifestó en algún momento clave de la vida de los personajes y que marcó 10 años en la vida de esa familia, como también fueron diez años, los que en lo personal me tocaron vivir entre 1985 y 1995, que como ya dije, son tema para una película y en donde sólo les adelanto... que mis sueños cayeron al suelo y se hicieron pesadilla, pero que al despertar después de ella, fue como haber nacido de nuevo…fue realmente, nacer de nuevo.
La resilencia, podríamos definirla como la capacidad para superar momentos traumáticos de nuestras vidas, para reinventarse, para volver a ponerse en pie. Para los cristianos podríamos definirlo como una parte de perdón y arrepentimiento, otra de comprender el propósito de Dios para tu vida y llevarlo a cabo, pero también, de oración en el Camino que es Cristo, confiando, dependiendo, agradeciendo, pidiendo, confesando ante nuestro Creador, quien nos dice en Su Palabra:
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 8:37-39
Es una película que me sorprendió porque pensé que me podría reír mucho, como lo he hecho durante toda mi vida con los chistes de Otto y Fritz, por ese sentido del humor particular, pero al final…el film me terminó por emocionar, cuando veía que un héroe de la era espacial (cosmonauta alemán), vuelve a serlo, pues ha tenido la capacidad de mirar al mundo desde lejos y ver lo pequeño que somos. Quizá la mayoría no ha tenido la oportunidad de ver el mundo desde el espacio, pero tal vez te has subido a un avión, un cerro o a un edificio y has visto lo pequeños que somos en comparación con la grandeza de la creación y aún más pequeños, ante la grandeza del Creador. Es esperanzador cuando los seres queridos, tus amigos, vecinos, compañeros, recrean un mundo mejor que en el que vivías, donde sus propuestas se escuchan y se hace “realidad”, donde la visión de mundo es compartida y se establece sobre la base del diálogo y no la violencia, donde se muestra realmente el amor al prójimo, más allá de un lado u otro del muro, que en este caso, separó a Alemania, y no sólo a ella, luego de la Segunda Guerra Mundial. He tenido la oportunidad de estar en dos ocasiones en Rusia y he podido ver la historia desde otras perspectivas. Al estar en un Museo llamado Panorama, ubicado en Volgogrado, ex – Stalingrado, lugar donde se produjo una de las batallas claves en el desarrollo de la Segunda Gran Guerra, pude apreciar el horror de la guerra en la historia de la humanidad, como quedó retratada en el único edificio que quedó en pie en toda la ciudad en ese tiempo, que está al lado del museo, de sólo pensar que murieron cerca de 50.000.000 de personas en la Guerra y que sólo en esa cruenta Batalla de varios meses, hubo bajas por ambos lados, que superaron al 1.600.000…es para quedar en silencio y ser conmovido. Se derribó El Muro, The Wall…se han levantado otros…pero queda por derribar el más importante…el que expresé en una canción el día en que cayó mi muro y que dice:
“Ha pasado mucho, sin llegar este momento, de mostrar los sentimientos, que se esconden tras cemento…”*
Quisiera terminar con dos preguntas para la reflexión:
¿Es posible que aprendamos de nuestra historia como humanidad?
¿Es posible que aprendamos la historia de Dios con respecto a la humanidad?
Creo que ya saben cual es mi respuesta a ambas…espero saber las suyas.
Dios les bendiga
Iván
* Extracto canción, Mi Pequeño Gran Detalle…Jesús.
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