martes, enero 23, 2007

Los infiltrados


“Cuando eras niño te decían que cuando grande podías ser policía o criminal…pero cuando tienes un arma en tu mano…¿cuál es la diferencia?” Costello.
Como siempre, darse una vuelta por el cine es algo especial, sea solo o acompañado, es entrar a mundos de posibilidades que se abren y cierran, es comparable a entrar en el terreno de otras artes, quizá por cercanía…al de la música, pero debo decir, que nada, es comparable, cuando entras en los terrenos de Dios, el Creador por excelencia.
He dicho que no soy de los que le gustan mucho las películas sobre mafias y guerras, sin embargo, he visto de ambas, bastante, quizá más de mafias…tema algo recurrente en el cine o en algunos directores ¿no es cierto Sr. Scorsese…? A pesar que tiene un “prontuario” cinematográfico bastante más amplio que ello, incluso con “tentaciones” de por medio.
No es un film para ver después de un grato almuerzo, ni tampoco como para recomendarlo a un par de enamorados…que poco quisieran ver la película…o tal vez sí, pero a nadie recomendaría el cine como “centro de pasiones”…salvo, si fuera el dueño del cine…ya estoy empezando a hablar con el cinismo de uno de los personajes.
Las máscaras…el fin justifica los medios…una historia de personas que tienen mente y corazón corruptos, pero hay esperanza… unos pocos luchan por alejarse de todo eso, del pasado de familia y tradición, pero otros buscan ser parte de la familia…la tradición…para tener un futuro…
Infiltrarse en algo, sea un grupo, banda, secta o incluso con una persona, requiere de habilidades actorales, de cierto dominio propio…de tener muy claros los objetivos que persigo y no transar en ellos, para encarar y mentir…descaradamente…a veces sólo mantener silencios y hacerse como…para caer en gracia… y no en lo contrario, pero éste no es el sentido en que lo aplica el apóstol Pablo, que tiene que ver con amor por enemigo y no con la destrucción del enemigo, salvo el dejar en evidencia al “Enemigo de enemigos”, mi amigo…Jesucristo, desde dentro mismo de los lugares, en que sólo hablar de Él, es muerte asegurada.
"Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley;a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él."
1 Corintios 9:19-23
Complejo debe ser soportar el dolor de vivir en una mentira sin volverse loco o loca. Es lo que les pasa a dos hombres, que se infiltran en la mafia y en la policía, para lograr los objetivos de criminales y/o policías…con el arma como punto de encuentro y desencuentro. ¿Cómo asciendes en tu carrera? ¿Quién es tu mentor, consejero, tu padre, el que te “pasa los datos”? ¿A quién te debes y entregas tus informes, soplos, de quién eres “rata de alcantarilla” que se mueve entre lo más profundo y maloliente del ser humano y su entorno? Que tarea difícil debe ser la del espía, del periodista oculto, casi como corresponsal de guerra, que mantiene el anonimato, ¿cómo es vivir en un mundo de desconfianzas, dónde para seguir “vivo” es necesario callar?
Armas hay de muchos tipos, el dinero es una de ellas, el terror es otra, el chantaje…esa ”información privilegiada”, ciertos “manejos” de decisiones a favor de uno mismo o un grupo afín…tráficos de todo tipo…entre esas armas, destaca, la falsedad como la preferida del “padre de mentiras”, y a veces no nos damos cuenta de cuando y como la usamos o nos usa y se dispara…causando daño a otros, pero más a nosotros mismos, a veces por temor a enfrentar que lo que soñamos que somos, no se condice con la realidad de lo que somos, que un currículo, sin “adornos” puede no lucir entre otros que si los tienen, por mérito propio…o sólo por tener conocidos entre los que deciden, o aún porque tengo la posibilidad de comprar el título que quiero por internet…sin necesidad de haberme esforzado en nada, salvo, en pagar. No es algo nuevo, esto último, recuerdo a mi abuelo recortando del diario hace muchos años, algunos comentarios, que hablaban de estas prácticas, en tiempos donde había sólo correo, de ése con cartas, sobres y estampillas. Que fácil era o es que te suban el ego y te envíen un premio, por ser una empresa ejemplar, premio por el cual finalmente debías de pagar, pero que mostrabas con orgullo, hasta que te dabas cuenta, que todos quienes te visitaban…se sonrojaban, porque también lo tenían…eso es corrupción y caer en los lazos de ella, es como pasaba en una muy buena película, llamada “El abogado del diablo”, si la recuerdan o la ven, sabrán de que hablo…que caes y caes y caes…
Algo en común, es que ambos hombres…asisten a la misma especialista, que es a quien finalmente confidencian sus temores…hasta cierto punto, sus mentiras…guardando siempre la información más privilegiada…hasta que sea necesario entregarla.
Es magistral como se van entrelazando las historias y los personajes, en la lucha por descubrir quien es el otro, cosa que como espectadores sabemos prontamente, en medio de ello, el nivel de tensión no cede, casi en ningún momento, tal por ello, las casi tres horas, pasan rápidas, pero te agotan. El mundo del cine de otras latitudes, ésta vez Hong Kong, provee nuevamente de ideas para generar algo impactante en el mundo occidental, aunque no he visto la idea original (Wu jian dao o Infernal Affairs, del año 2002), no puedo hablar de semejanzas y diferencias, lo que sí, al parecer, ambas han tenido gran éxito, si la veo, les diré si es un remake a lo gringo o no… Lo que sí, una vez más, se nos provee de no sólo una historia violenta…sino que de la posibilidad de leer muchas cosas, unas gratas…las menos…y de las otras…para regalar…tal vez, sólo la primera vez…porque a la siguiente costará caro…nuevamente me puse como Costello…tal vez sirva para canjear por información importante…
Hace unos días escuchaba a alguien leer un texto que hablaba de las máscaras, no lo he podido encontrar para compartirlo, pero lo había escuchado alguna vez y no podía recordar su autor y el contexto donde las escuché, hasta que me lo dijeron, pero sí, vino a mi mente otra frase, que comparto plenamente y que dice:

"Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes. Y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles." Alberto Hurtado Cruchaga

El tema de la verdad, el guardar silencio y otras cosas, que podrían salir a partir de aquí, dan para tema de ensayo o libro completo... Se entiende que ambos personajes, tienen sus "razones" para hacer de sus vidas, una mentira...
Mientras veía la película, hubo alguien en el cine que contestó su celular…la primera vez pasó, porque pudo haber sido un accidente…pero la segunda…cuando ya comenzó a hacer negocios descaradamente…casi me hago uno de los personajes…y reacciono en la forma violenta en que actuaban…por ello, sólo le pedí que fuera educado y que se fuera a hablar a otro lado, por respeto a quienes queríamos ver y escuchar el film, no fue tampoco tan suave, mi petición…fue enérgica, aunque hubiera sido más cómodo callar y guardarse el enojo, mi enojo no llegó a ira…pero salió rápidamente de la sala…comentaba con alguien, que habría sido más cinematográfico…el haber usado una pequeña linterna que me regalaron y que ilumina mucho, encenderla en la oscuridad y apuntarle…pero como la dejé en casa…no fue más que una posibilidad…habría sido mucho más impactante… me imagino que así debe ser de vergonzoso cuando Dios trae a la luz, nuestros pecados que se esconden en la oscuridad, cuando se “infiltra” la luz del Señor en la vida del hombre.
“Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. “
Efesios 5:13
Las actuaciones en Los Infiltrados, son realmente excelentes, en algunos casos..como el de Jack Nicholson, a veces dudo que sea un buen actor, sino que simplemente está interpretando tal y como es en su vida, con una intensidad al borde de la locura, sino dentro de ella…Di Caprio no sorprende, por cuanto, lo recuerdo de los tiempos de “A quien ama Gilbert Grape” junto a Johnny Depp y Juliette Lewis, como también, reconocer a Matt Damon, además de un reparto de lujo, entre ellos, Martin Sheen y otros.
Por todo, se podría hablar de muchas cosas, seguramente más de algún premio recibirá después de tantas nominaciones, pero aún si no fuera así, no deja de ser una gran película, violenta como muchas, pero con muchos rasgos de obra maestra.
Sólo quisiera termina preguntándote y haciendo lo propio conmigo…¿De qué o quién estás infiltrado? ¿cómo enfrentas la verdad y a la Verdad?
Un abrazo
Iván

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