domingo, diciembre 04, 2005

Camino a perdición


“… las historias de la Biblia…me gustan los cuentos” *




Lealtad, trabajo, familia…son conceptos que habitualmente escuchamos, como muchos otros que sería largo de enumerar, pero que son fundamentales a lo largo de este viaje que se presenta en este film. Aunque he visto muchas películas sobre gángsters y mafias en mi vida, debo decir que no es una de las temáticas que más me atraigan, a pesar que hay una serie de “clásicos del género”. Sin embargo, Road to perdition (una road movie) dirigida por Sam Mendes, tiene algo especial, quizá, su trasfondo proveniente del mundo del comic, al igual que la anteriormente reseñada, Sin City o que nos muestra simplemente, que no todos van en un mismo rumbo… Un guión interesante, aunque por momentos, predecible, con una violencia, que pasa a segundo plano. Una historia de un hijo junto a su padre, con una fotografía espléndida, que le significó el Oscar en el año 2003. (Lo que no siempre…significa que sean las mejores películas…)

Partamos por el concepto de familia…los Sullivan, podrían ser una típica familia de origen irlandés, con sus tradiciones bien asumidas, que viven en Chicago en medio de la
depresión de los años 30, un hogar bien constituido, junto a dos hijos varones. Uno de ellos, el mayor, repartidor de diarios. Viven en una casa ni grande ni pequeña, tienen su auto, un pasar tranquilo, a pesar de las dificultades económicas que afectan a su país, Estados Unidos y al resto del mundo. Michael (Tom Hanks) ha sido criado por John Rooney (Paul Newman) , lo que genera un vínculo de agradecimiento por parte de Michael en el cumplimiento a perfección de su trabajo y donde se vislumbran los celos del hijo verdadero, Connor (Daniel Craig), al ver que su padre ve en Michael al hijo que siempre quiso y a los hijos de éste, casi como los “nietos”, que no tiene. En la familia Sullivan, luego de un suceso importante en la trama, que obviamente no contaré…se produce una importante conversación padre e hijo, que marcará la relación hasta el final, en donde surgirán frases como ¿qué es lo que te gusta de ir al colegio?, cuya respuesta, vemos al comienzo de este comentario.*


Otra familia…los Rooney, del mismo origen que la anterior, pero dueños de lo que podríamos decir un gran negocio o imperio. Sabemos que la madre ha fallecido y de una relación controvertida entre padre e hijo, contenida en una frase: “ los hijos están en la tierra para perturbar a los padres”. En ese mismo sentido, nos encontramos con un hijo que se empeña en demostrar a su padre que algún día, más pronto que tarde, será un heredero “digno” de seguir acrecentando la fortuna familiar (que en su caso, no es más que la suya propia y nada más).

Trabajo…ya sabemos que la segunda familia tiene un negocio. También la vinculación entre ambas. Hasta ahí, no habría ningún problema, pero ¿qué pasa si tu trabajo es dentro de la mafia? ¿Si tu hijo no sabe en qué trabajas y aunque está orgulloso de su padre, sólo quiere saber a que se dedica y el descubrirlo implica un grave peligro? Es fácil asociar trabajo como un castigo por parte de Dios, luego de la caída:

“Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás.” Génesis 3:19

pero sin embargo, debemos recordar que éste ya estaba presente antes de ella.

“Tomó pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y guardase.” Génesis 2:15

Teniendo ello en cuenta, todavía queda por responder a la pregunta ¿Es todo trabajo digno? Lo que nos puede llevar por distintos rumbos, con posiciones extremas, que defiendan todo tipo y formas de oficios y profesiones, incluyendo: ladrón, usurero, estafador, asesino, proxeneta, prostituta y otros que podríamos decir que ganan su salario con el sudor de su frente…

Ahora, también podríamos incluir otra clase de ellos, como: periodista, abogado, médico…etc. que nos podría llevar al como se ejerce el trabajo, dentro de que parámetros se desenvuelve. El asunto, es que el trabajo por sí solo, podríamos decir, que no tiene valores que le acompañen…(salvo el del dinero recibido por ello), pero dentro del orden de Dios, si hay principios que acompañan o debieran acompañar en todo momento lo teórico-práctico. Dentro de eso, podríamos tratar el tema de ¿qué es un salario justo?, la necesidad de un salario...de un trabajo... y otros asuntos relacionados, pero que sólo quedarán planteados, para tal vez comenzar a tratarlos en otro film que aborde la temática más directamente. Sólo dejo como ejemplo el del fotógrafo free-lance
(Jude Law), que disfruta con lo que hace, pues para él es arte, es información que llega a muchos, un sustento seguro y bien pagado (dos trabajos en uno), una manifestación voyerista y la posibilidad de jugar con las palabras: “ I shoot the deads” (Le disparo a los muertos), frase que comprenderán al ver la película.

Un último punto ¿Qué pasa si dentro de ese mundo de lealtades (muchas veces frágiles), te ves obligado a optar, o simplemente te dejan sin opción? ¿Cuántas veces has hecho promesas que no puedes cumplir? ¿Cuántas veces se sacan a colación los conceptos de: Palabra de Honor, códigos de honor…el sentido del deber? ¿Hay algún límite para la lealtad, para ejercitar tus deberes? ¿Se puede y/o debe ser “fiel hasta la tontería” (como digo yo)? ¿Existe en ello algún grado de fanatismo? Reitero que no pretendo responder, sino sólo invitar a que veamos si cada uno (a) en lo personal puede elaborar un planteamiento al respecto, desde su propia vida y en relación a los demás.
El hijo de Sullivan (Michael Jr.) es un asiduo lector de historias, entre ellas, la de su héroe favorito, el Llanero Solitario (pensando en su padre como modelo de héroe), que si mal no recuerdo tenía un compañero de andanzas, llamado Toro.La Biblia no es un cuento, pero sí contiene historias, la mayor de ellas, es que el personaje central de ella, Jesucristo, es el mejor compañero de viaje, en el camino que él mismo propone. Si no encuentras respuestas a lo que hemos planteado, te aseguro que Él si responderá.

“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.
Juan 14:6

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