lunes, septiembre 18, 2006

Plan de Vuelo (desaparecida)

Este film del director alemán Robert Schwentke, realizado en Hollywood, nos plantea un “plan de vuelo” con la incertidumbre de cual será el destino final. Introduce una dosis de suspenso, por no tener certeza plena como espectador sobre que es realidad y que es fruto de la imaginación. Todo eso, en un ambiente que hoy por hoy, luego de tantas noticias, se ha quedado no sólo en nuestros recuerdos, sino que nos persigue al entrar en chequeos de aduanas con detectores de metal, zapatos, hebillas de cinturón y al ver a muchos guardias y normas de seguridad…más aún, si arriba del avión que se dirige desde Alemania a Estados Unidos (un destino “predilecto” en los últimos años) aparecen la claustrofobia, temor, angustia, histeria colectiva que se nos presenta al ver a una mujer, que parece estar fuera de sí, donde todos entienden, incluso ella, lo complejo que es que se genere una emergencia a miles de metros de altura.

Kyle (con toda la intensidad de la siempre genial y hermosa
Jodie Foster…disculpen que me cueste ser imparcial con ella…), busca a su pequeña hija que ha desaparecido misteriosamente dentro del avión que la lleva de regreso a su patria, llevando el cuerpo de su marido que ha fallecido en los días anteriores, para ser sepultado en su tierra. Es un momento de intenso dolor, de pérdida, que ahora se ve incrementado por la impotencia de no saber donde está la pequeña niña, que iba sentada a su lado y no está cuando despierta, durante el vuelo.

Pronto, el piloto (Capitán Rich), las auxiliares de vuelo (Fiona, Stephanie, Julia), los pasajeros, el policía a bordo (Carson) y esta experta en aviones, se verán involucrados y enfrascados en una disputa que parece no encontrar razones válidas y que sencillamente la va acorralando para enfrentar la verdad de los demás…que tal vez su hija nunca existió… se plantea la tesis de la demencia temporal o algún trastorno más permanente…o quizá, un actuar premeditado para llamar la atención y/o incluso secuestrar el avión.

En un momento, generó la solidaridad de los pasajeros y tripulantes, que buscan sin cesar a la niña por todo el avión.Surge incluso la sospecha en unos pasajeros de origen árabes...se generan desconfianzas, algo claustrofóbico empieza a inundar el ambiente y la paranoia es la que reina en el caos.

Las carreras, huidas, búsquedas, más una música de
James Horner, que martilla y acentúa la angustia. Todo ello, hace que el paseo por lugares que no son de uso habitual por un pasajero, se tornen novedosos, con la distensión de saber que ella conoce del equipamiento y todas las zonas del avión, pero con la tensión de querer encontrar a su hija pronto. Si a eso le sumamos un ingrediente especial, conocido, pero efectivo, que sirve para torcer opiniones o rumbos, para enfrentar situaciones límites o buscar evitar que se llegue a ellas, a esto le llamamos el factor “bomba de tiempo”, donde éste puede ser algo o alguien… a punto de detonar (como comentario al margen, nótese que en muchas películas, cuando hay una bomba, siempre hay un par de cables para elegir...a veces quien tiene que cortar para desactivarla es inexperto y le tienen que dar las instrucciones por radio o celular...y ahí suceden cosas que son un clásico pero igual nos inquietan, cortan los cables...pero la bomba sigue en su cuenta regresiva...oh, tiene otro mecanismo...¿es posible que ahora nos sorprendan...?)

Lo que mantiene en carrera a esta mujer, a esta madre y eso es su esperanza de encontrar a quien más quiere. Las motivaciones del corazón de unos y otros se confunden, donde el egoísmo, la indiferencia, el odio, la comodidad, el engaño, la ética, el profesionalismo y otros…van quedando develados en cada nueva escena, si es que no aparecen nuevas preguntas…
Hay tres escenas que podrían sintetizar la película, que van relacionadas: la búsqueda (que en realidad sucede en una secuencia de escenas), los aplausos y “vergüenza por los aplausos” (quienes vean el film, entenderán a que me refiero).

Quisiera terminar con un par de versículos que nos hablan fe, esperanza, problemas y la forma de enfrentarlos, la perseverancia, de lo que parece locura pero no lo es. En fin, sobre el poder de Dios, la carrera constante que va declarando una verdad, La Verdad de la palabra de la cruz…


He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

2 Timoteo 4:7

Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

1 Corintios 1:18


Un abrazo y hasta pronto

Iván

1 comentario:

werth dijo...

Judith:

gracias por tus palabras, en realidad lo único que se hace es mostrar el "plan de vuelo", que pese a las circunstancias...llega a destino. Si podemos reflexionar acerca de lo que vemos, escuchamos, vivimos...es un buen paso para seguir adelante y compartir con otros, una nueva perspectiva.

Un abrazo

Iván